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La Cirugía Cardíaca y los Cuidados Intensivos van de la mano y la Unidad de Intensivos es el lugar más indicado para el postoperatorio preco...

FIBRILACIÓN VENTRICULAR EN EL PACIENTE POSTOPERADO DE CIRUGÍA CARDIACA: ¿HAY ALGO ESPECIAL?

La Cirugía Cardíaca y los Cuidados Intensivos van de la mano y la Unidad de Intensivos es el lugar más indicado para el postoperatorio precoz, por ello nuestro colaborador Jesús M. Amores, Enfermero de la UCI del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, nos trae el primero de una serie de artículos, que abordarán desde una perspectiva del soporte vital, el manejo de este tipo de pacientes en situaciones de emergencia o inestabilidad.

 

 

Según relata Joel Dunning, creador del curso CALS (Cardiac Advanced Life Support), en su tercera semana como cirujano cardiaco tuvo que atender la primera parada cardiorrespiratoria (PCR) de un paciente que había operado una hora antes, y la escena la describió como un verdadero caos. Al terminar preguntó a la enfermera más veterana del servicio si aquella falta de organización era habitual, a lo que esta respondió: “sí… ¡nunca mejoran!”.

 

 

Fue esta situación el punto de partida para crear el Curso de Soporte Vital Avanzado en Cirugía Cardíaca, pues estos pacientes son muy diferentes y es no es raro que presenten una PCR por causas reversibles secundarias al propio proceso quirúrgico.

 

La prevalencia de la PCR en el postoperatorio de una cirugía cardiaca es variable, recogiéndose datos entre el 0,7 - 8%. Sin embargo, el pronóstico es bueno una vez superada esta complicación.  Esto es debido a que los orígenes son reversibles y que estos pacientes se encuentran cuidados por personal altamente cualificado que realiza una asistencia inmediata.

 

En cuanto a las diferentes etiologías de parada cardiaca que se desgranan en el CALS son:

1.      Fibrilación ventricular (FV) y taquicardia ventricular sin pulso (TVSP).

2.      Asistolia o bradicardia extrema.

3.      Actividad eléctrica sin pulso (AESP).

 

En todas estas situaciones, y para su resolución exitosa, se precisa de un equipo multidisciplinar con seis puestos claves que son asignados en el momento de la parada.

 

En este primer artículo referente al CALS, se desarrolla la primera causa del paciente postoperado que sufre una FV o TVSP (en color rojo, recuadro 1 de la figura 1).


Figura 1. Algoritmo CALS. Fuente: SEMICYUC.

 

La (American Heart Association) AHA y la (European Resucitation Council) ERC indican en sus recomendaciones en la atención de la PCR indican el inicio de las compresiones de entrada a la vez que se monitoriza al paciente. En cuanto se tenga disponible un desfibrilador, se procederá a administrar una descarga al paciente con una energía de 200 julios. De forma inmediata se deben reiniciar las compresiones torácicas durante 2 minutos para detenerlas y analizar de nuevo el ritmo. En función del resultado se reanudará las compresiones y se procederá a desfibrilar o se interrumpirá la reanimación cardiopulmonar si hubiera retornado la circulación espontánea.

 

Tras la revisión de la evidencia realizada por los autores del CALS se propusieron estos cambios:

1.      Si el electrocardiograma (ECG) muestra una FV o TVSP, se deben realizar tres descargas de 200 julios seguidas (clase I y nivel de evidencia B).

 

2.      Si la PCR es presenciada el inicio de las compresiones puede diferirse hasta 1 minuto para dar prioridad a la desfibrilación (nivel de evidencia B y clase de recomendación IIA).

 

Respecto a este último punto, que podría considerarse controvertido, Lockowandt et al. que llevó a cabo un análisis de 22 estudios no encontró beneficio en la realización de las compresiones torácicas previas a la desfibrilación. Además conviene destacar que 4 sujetos presentaron hemorragia masiva como consecuencias de las compresiones (1).

 

Otro metaanálisis de 23 estudios describió que la incidencia de lesión pericárdica durante las compresiones torácicas era del 8,9%, la tasa de fracturas esternales del 15% y costales del 32% (2). También se documentaron numerosas laceraciones miocárdicas, roturas de cámaras cardíacas, dehiscencias de las prótesis valvulares, vasos de gran calibre o músculos papilares.

 

Añadidamente, y en el ámbito de la UCI, tras las 3 desfibrilaciones iniciales, la calidad de las compresiones puede ser examinada observando en el monitor la elevación de la presión arterial invasiva sistólica por encima de 60mmHg, permitiendo ajustar de esta manera la profundidad.

 

El siguiente escalón terapéutico es la administración un bolo de amiodarona 300mg (clase IIA y nivel de evidencia A). En esta línea de actuación está avalada por 4 ensayos clínicos robustos. Además, en caso de FV o TVSP recurrente está indicada la administración de una segunda dosis 150mg y posterior inicio de perfusión de 900mg en 24h de amiodarona. La lidocaína podría también ser una alternativa (1mg/kg) con una eficacia similar.

 

El último escalón de este algoritmo, en este tipo de pacientes, es la re-esternotomía. Esta ha de realizarse a los 5 minutos desde el inicio de la resucitación. Los detalles de la técnica quirúrgica se detallarán en artículos siguientes.

 

Conviene recordar que las guías del CALS incluyen dentro de este protocolo a todos los pacientes posquirúrgicos que se encuentran dentro de los primeros 10 días postoperatorios. Superada esta ventana, concluyen que deben seguirse las mismas recomendaciones con la única diferencia de que la decisión de la realización de la reesternotomía se debe llevar a cabo por un médico experimentado.

 

¡Os esperamos en próximas actualizaciones!

 

 

Bibliografía:

 

1.      Lockowandt U, Levine A, Stang T, Dunning J. If a patient arrest after cardiac surgery is it acceptable to delay cardiopulmonary resuscitation until you have attempted either desfibrillation or pacing? Interract Cardiovasc Thorac Surg 2008;7:878-885.

2.      Miller AC, Rosati SF, Suffredini AF, Schrump DS. A systematic review and pooled analysis of CPR-associated cardiovascular and thoracic injuries. Resuscitation 2014;85:724-731.


AUTOR

JESÚS M.  AMORES

Enfermero de la UCI del Hospital Clínico San Carlos. Profesor de Fisiología y Fisiopatología de la Universidad Camilo José Cela. Ingeniero Técnico Industrial. Máster Oficial de Urgencias y Emergencias del Adulto. Máster en helitransporte HEMS, HICAMS y FWAA. Especialista en Medicina de Montaña. Instructor de SVA (CERCP). Formador en Ecografía Clínica para Enfermería. 



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